lunes, 16 de agosto de 2010

Javier Bertucci, El Intercesor debe Amar a la Iglesia como Jesús la ama


La reunión de este domingo 23 de mayo comenzó con una poderosa ministración y adoración por parte de toda la Iglesia. Dios no está buscando personas que oren, den dinero o que asisten a su congregación, Él está buscando adoradores que le adoren en espíritu y verdad. El tema comenzó con la frase “El que no ama no puede interceder por otro” explicando que el intercesor debe amar a la Iglesia como Jesús la ama.

El amor de Dios se manifiesta en la intercesión, porque el que ama puede interceder. Tu labor como intercesor va más allá de tu iglesia, tú te haces responsable del cuerpo de Cristo; debes orar y llorar por toda la iglesia de Jesús. La intercesión es un acto de amor puro y desinteresado de alguien que entendió que el Reino de Dios va más allá de los intereses personales. Cuando intercedes no peleas un interés personal, sino un interés de Dios porque amas a Dios.

Tienes que aprender de Jesús, no imitarlo, sino ser como Él. Jesús ama a la Iglesia. Él murió por ella y está a la diestra del Padre. Ahora tú no puedes ser tan egoísta al limitarte de vivir sólo para tus deseos e intereses. ¿Qué estás dejando tú? porque Él dejó el cielo y ahora es justo que tú vivas para Él, ames su Iglesia sin interés manipulado y egoísta. ¡El que ora de manera intensa tienes que amar a la iglesia! Tiene que ser un dispensador de misericordia.

Lamentaciones 2: 11

Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra a causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.

Las lágrimas son poderosas herramientas para interceder, para alcanzar el cielo y que éste se mueva a favor de la tierra. Este hombre sentía que sus ojos desfallecían a causa de sus lágrimas. ¿Qué intensa puede ser una intercesión, que tu cuerpo se puede sentir extenuado de semejante intercesión? Es imposible que una intercesión de esta magnitud pueda quedarse en la tierra, porque el amor de Dios sobrepasa todo entendimiento.

¡Hay que amar! La Iglesia está dejando a un lado el amor, que triste que Jesús murió por amor por la humanidad y la Iglesia está preocupada en sus intereses egoístas. La intercesión debe estar en manos de una persona que ama.

No puedes interceder por una Iglesia a la que no ames. Por eso no puedes odiar a nadie, debes amar la Iglesia como Jesús la ama. Debes orar para que Jesús te revele su amor. Este intercesor de Lamentaciones es Jeremías; él estaba derramando su vida en esta oración. El ministerio de la intercesión no obra por obligación, sólo por el amor de Dios.

Hebreos 7: 25

Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

Hay que seguir el ejemplo de Jesús. No sólo dio la vida por la humanidad sino que se sienta a la diestra del Padre para seguir intercediendo por los que salvó. ¡Jesús vive para interceder! Necesitas que alguien interceda por ti. Jesús vive para interceder por ti constantemente. Las personas nunca podrán entender el amor de Dios, por eso la Iglesia está tan separada del propósito de Dios el cual es la salvación de todo aquel que se acerca a Él. ¡Tienes que amar a la Iglesia¡ El amor no es una decisión por lo que el otro te da.

El Padre se mueve por el bien que haga una Iglesia. Dios todavía ve a su Iglesia amando, no puedes dejar de amar y perdonar. Es posible tener el poder para echar fuera un demonio por fe, sin tener amor y tener un problema serio de odio y falta de perdón. ¡Jesús vive para interceder por los que se acercan a Él y salvarlos!

Romanos 9:1-3

Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continúo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;

En este texto se observa a alguien que va más allá de una labor ministerial, leer la Biblia o dar un diezmo, sino que siente dolor por lo que está pasando el pueblo. Tú no amas para que alguien te pague el amor, amas porque Dios te ama y Él quiere que también lo hagas. En este versículo está un hombre que prefiere ser maldito, antes de seguir viendo a sus hermanos en sufrimiento, antes que ser un bendito. Este fue el mismo sentir de Jesús, quien se hizo maldito en una cruz para que otros fueran benditos.

Romanos 10: 1

Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.

Tu oración debe ser por salvación no para juicio o muerte. Si alguien te hizo algo malo no pidas justicia para que Dios le haga algo malo, porque Dios es bueno y para siempre su misericordia. Jesús dijo: no puede de una misma fuente salir agua dulce y salada; no puedes amar y odiar al mismo tiempo. Tú no eres mejor que Jesús. Si él renuncio a lo que era, también tienes que renunciar a lo que eras antes ¡Tienes que orar por misericordia!

No puede haber intercesores que oren por otra cosa que no sea misericordia. Los intercesores deben ser puros en su deseo. Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto; por esta razón, la muerte, la ruina, la pobreza no vienen de allá. Interceder equivale a llevar las cargas y debilidades de los demás.

Romanos 15: 1-3

Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.

Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.

Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.

Interceder equivale a tolerar, amar y cargar con las debilidades de los demás. Es más fácil ser un crítico que un intercesor, porque el intercesor carga con las debilidades y flaquezas; en cambio, un crítico las señala. La iglesia debe dejar de ser críticos para convertirse en intercesores.

Colosenses 1: 24

Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;

El que intercede con amor por la Iglesia no se alegra del mal de la Iglesia, sino que cuando ve al hermano hacer lo malo interceder por misericordia. No puede existir una alegría por el pecado del hermano, todos los humanos tienden al pecado. Debes pedir por el hermano, para que Dios sane y restaure su vida. Es necesario que el intercesor se duela de la iglesia.

Colosense 4: 12

Os saluda Epafras,(H) el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.

Tienes que orar “encarecidamente” para que se haga la voluntad de Dios. Tú necesitas lo que Dios quiere, porque eso te va a bendecir y desarrollar. Todo lo que tienes y Dios no quiere te va a llevar a menos. Lo que te va hacer completo es lo que Dios quiere. Epafras estaba orando para que la iglesia estuviera firme en lo que Dios quería.

Colosense 4: 13

Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis.

Efesios 1: 16

No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,

Debes orar por la Iglesia. No te olvides de orar por la Iglesia. Un intercesor no se limita por un grupo, sino por todo el Cuerpo

Santiago 5: 16

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

“La oración eficaz del justo puede mucho”. Si hay oración eficaz también existe la ineficaz. Lo que puede mucho es la oración eficaz. Si no estás practicando el perdón por el hermano que te ofendió, tu oración no es eficaz. ¡No eres justo por tus obras! Lo eres sólo por la sangre de Cristo. Reconoce tu debilidad para que puedas interceder por otros. Una persona que se cree perfecto no es un intercesor. Sólo el que perdona y el que intercede por el hermano, puede orar eficazmente.

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